viernes, 19 de marzo de 2010
Claman paz, médicos mazatlecos
No aguantaron más. La muerte de uno de sus compañeros médicos a manos de un grupo de sicarios los hizo reventar...
Gilberto de Jesús Méndez Oropeza tenía 33 años y era médico neumólogo pediatra en un hospital de Mazatlán. El único en el Sur de Sinaloa. El miércoles había llegado a un lote en el Libramiento Colosio a ver autos... el mismo lote que fue atacado por un comando que segó su vida y la de otras cuatro personas.
La indignación por la muerte del doctor Méndez Oropeza fue lo que movilizó a un grupo de médicos que trabajan en el Hospital General.
Partieron de la Avenida del Atlántico y Avenida del Delfín, hacia el Centro de Convenciones, donde se celebraba la Octava Reunión del Consejo Nacional de Salud, que reunió a las máximas autoridades de salud del País y de todos los estados.
Adolfo Gutiérrez Martínez, médico especialista en Ginecología, confesó su temor. No sólo por la muerte de quien llamó su amigo y su compañeros de futbol, sino por los asaltos que han sufrido 12 doctores en sus consultorios.
Entre ellos él.
"Ya no se puede más, porque la violencia ya no es nada más con las personas que delinquen, sino con las personas que nos dedicamos a cuidar la salud del pueblo, gente inocente, que tiene un futuro brillante, que sufrió bastante para prepararse y que no es justo que nadie haga nada, estamos hartos, queremos externar nuestra indignación no en forma violenta, en una forma pacífica", señaló.
Méndez Oropeza tenía poco de haber vuelto al puerto; terminó la subespecialidad en marzo de 2009 en la Ciudad de México y luego vino para acá, a trabajar en su ciudad de origen.
Sus compañeros se enteraron de lo ocurrido ayer en la tarde. Lo único que sabían es que su secretaria lo andaba buscando desde un día antes porque tenía pacientes agendados. Pero nunca llegó.
"El único delito era estar parado en un lugar donde nunca debió haber estado, a plena luz del día y donde recibió la llegada de la muerte, ya basta, queremos que dejar de ser víctimas, rehenes de la inseguridad porque ya ni de día podemos salir al súper con estas agresiones".
Pero Méndez Oropeza no ha sido la única víctima. Los médicos del Hospital General que marcharon para clamar paz recordaron también a Miguel Somoza, muerto a principios de año afuera de Las Herraduras. Trabajaba de día en el hospital y en la noche, como taxista.
A unos metros de la entrada del Centro de Convenciones ya los esperaba el Secretario de Salud del Estado, Héctor Ponce Ramos, quien manifestó su consternación por lo ocurrido y su promesa de hacerle llegar el mensaje al Gobernador Jesús Aguilar Padilla.
"Lo siento mucho, estoy consternado y les prometo que me lo voy a platicar con el Gobernador", dijo el funcionario.
José Ángel Córdova Villalobos, secretario de Salud a nivel nacional, se refirió también al hecho.
"Es muy lamentable como todos los hechos de esta naturaleza, qué lastima que un compañero médico resultó afectado. Nos duele que esto haya pasado", así el secretario de Salud Federal, Junto con el doctor Méndez Oropeza murieron también Jesús Lizárraga Lizárraga, de 68 años; y su nieto Jesús Manuel Lizárraga Beltrán, de 23 años, quienes vivían en el ejido Isla de la Piedra, y al parecer se encontraban en el lote de autos usados con el fin de adquirir una unidad.
El dueño del lote y un lavacarros de 16 años fueron las otras víctimas.
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